Logroño - Burgos.

Etapa larga la que teníamos por delante, como pudimos comprobar luego.  132,81 kilómetros, realizados en 8:37:50 (tiempo en movimiento), con una media de 15,38 kilómetros hora y una velocidad máxima alcanzada de 59,58 kilómetros. (Claro está, bajando). Decidimos dejar Logroño muy temprano, huyendo al calor. Nos dirigimos a la Catedral y al albergue para sellar y emprendimos la marcha.

Catedral de Logroño.

Nada más salir, nos encontramos con algo que nos llenó de alegría y que hizo que nos sintiéramos por unos minutos como si estuviéramos en casa. Y es que nos encontramos con la Virgen del Rocío.

En Logroño rezamos ante la Blanca Paloma.

Retomamos la ruta buscando llegar a Navarrete y desayunando en Ventosa, antes de iniciar el ascenso al alto de San Antón, para tras la bajada, llegar a Najera.  

La Rioja se iba dejando sentir, con un fuerte calor y viñedos durante gran parte del camino.

Azofra y Santo Domingo de la Calazada, fueron las localidades por donde habíamos de pasar, parando en esta última a degustar un buen menú del peregrino y recuperar fuerzas para la segunda parte de la etapa.



Santo Domingo de la Calzada.

 

Santo Domingo de la Calzada.



Santo Domingo de la Calzada.



Decidimos aligerar la marcha, pues se nos iba a hacer de noche en la ruta, ya que nos quedaban por delante 75 kilómetros, con el alto de la Pedraja incluido.

Pasamos de refilón por Grañón, Redecilla del Camino, Castidelgado, Viloria de Rioja, Villamayor del Río, Belorado, Tosantos, Villafranca - Montes de Oca.

Ermita de la Virgen de la Peña en Tosantos.

El Alto de La Pedraja lo subimos por carretera para evitar la dureza de a ascensión por el camino. Una subida increíble, de unos seis o siete kilómetros con desnivel medio de un 6%.

En Agés volvimos a enlazar con el camino, para pasar por Atapuerca, donde a la salida nos encontramos con un par de kilómetros de los de andar arrastrando la bici a duras penas.

Una vez pasado Atapuerca, sólo restaba bajar por Cardeñuela Riopico, Villafría y llegar a Burgos, donde habiamos quedado con German Castro y su mujer, Cristina, para degustar la gastronomía de la ciudad.

Agés, a 518 kms de Santiago.



En la cima de Atapuerca.



La Catedral de Burgos, anocheciendo.