viernes, 12 de octubre de 2012

Palas de Rei - Santiago de Compostela.


Melide, primera parada para tomar café.

Dice la guía "El Camino Francés en bicicleta", "Estamos a poco menos de 70 kilómetros de la meta compostelana y la sensación que siente el peregrino por la inminente llegada lo anima a superar este último tramo con fuerzas renovadas. Santiago ofrece al peregrino la recompensa por todos los esfuerzos realizados.

Aún sin contar con grandes dificultades orográficas, el recorrido de esta última etapa, de nuevo entre continuas aldeas, es bastante duro. El Camino supera, uno tras otro, pequeños valles y ríos que descienden hacia el Tambre, y esta sucesión de subidas y bajadas endurece e recorrido".

Leido esto, antes de salir, decidimos tomarnos el día con mucha calma. 75, 20 kilómetros recorridos en un tiempo en movimiento de 5 horas, 34 mminutos y 44 segudos, a una veocidad media de 13:48 kilómetros hora.

Tras salir de Palas de Rei, San Xulian do Camino, Casanova, Porto de Bois, Coto, Leboreiro, Disicabo, Furelos y Melide, donde paramos para tomar un café y quitarnos algo del frío que traíamos en el cuerpo.

Continuamos por Santa María, Raído, Parabispo y Boente, donde en su iglesia, pequeña, pudimos ver uno de los pocos Santiago a caballo que hemos visto en el camino.

No obstante, también haý un Santiago peregrino. A nosotros, como buenos villanovenses, el ver la imagen de Santiago a caballo, espada en mano, nos ponía el bello de punta y nos acercaba a nuestra tierra.

Castañeda, Pedridom Ribadiso, Arzua, Raído, Cotorbe, Ferreiros, Boavista, Salceda, Brea, Rua, O Pino, fueron las siguientes poblaciones por donde discurre el camino. Un camino pletorico de verdor y agua. Por un momento, llegamos a pensar que ibamos por un tunes escabado entre las ramas de los arboles.

Todo iba discurriendo a la perfección, con tranquilidad pero con impaciencia por llegar a la Plaza del Obradoiro.

Parada en O Pino, en su parrquía para sellar, el último sello antes de Monte do Gozo.

La simbología del camino está omnipresente durante todo el recorrido y de ahí que nos gustase el altar de la parroquia, pues reproduce la concha del peregrino.


A penas nos quedaba por delante unos 20 kilómetros, por lo que decidimos para a reponer fuerzas antes de llegar a Santiago. Y vaya si lo hicimos.

He aquí la muestra de ello. Pulpo a la gallega, cecina con queso y croquetas, regado con Estrella Galicia.


Cerca de Lavacolla.

Volvimos al camino, para ir dejando atrás San Antón, Amenal, Sampaio, Lavacolla, San Marcos, todo ello en un continuo subir y bajar cuestas y repechos hasta Monte do Gozo.


San Marcos.

En el Monte do Gozo.

Juan Pablo II, también fue peregrino.

Brindando, muy alegres, con licor de hiervas.

Ermita de San Marcos del Monte do Gozo.

Mi compañero "templario", junto al Tempario Peregrino.

Atrás habían quedado 790 kilómetros.

Cuando hice esta foto, de una señal de tráfico, no pude dejar de acordarme de otra que también está colgada en este blog, muy al principio de las entradas.

Una señal que rezaba, Santiago de Compostela 790.

A partir de este momento, mi mente perdió el control y me adelanté en solitario por las calles de Santiago buscando su Catedral.

En poco tiempo repasé muchos de los momentos vividos en el camino, (las interminables cuestas de la primera jornada, la subida al alto del Perdón, el calor entre Pamplona y Logroño, el alto de La Pedraja, el de la Cruz de Ferro, la subida a O Cebreiro, ...)   y me acordé de mucha gente a la que guardo, y siempre guardaré,  muy adentro de mi corazón.

Y sobre todo me acordé de mis hijos, Ricardo y Beatriz, deseando que algún día puedan vivir esta experiencia y a ser posible, junto a su padre.

Y por fin,... la foto más esperada. (Tras alguna que otra lagrima de emoción y algún abrazo cincero).


Ante la Catedral de Santiago.

Con el objetivo cumplido.




domingo, 7 de octubre de 2012

Sarria - Palas de Rei.

Volvíamos a tener por delante una etapa rompepiernas. Nada más salir de Sarria, hay que afrontar la subida a Barbadelos. A partir de aquí, el camino es una sucesión continua de aldeas, establos, casas de piedra y acogedores parajes del interior de la provincia de Lugo.

Así tras partir de Sarria, Vitel, Barbadelos, Rente, Mercado da Serra, Pena Leimán, (donde desayunamos), Peruscallo, Lavandeira, Casal, Brea, (Santiago de Compostela a 100 kilómetros), Morgade, Ferreiros, Pena, Couto, Rozas, Moimentos, Cotarelos, Mercadoiro, Moutras, Parrocha, Viachá y Portomarín.

Entramos en Portomarín, cruzando el puente sobre el río Miño, para conocer su casco urbano.


En la foto de la izquierda, el Miño.  En la de la derecha, la escalera que da acceso a Portomarín.

Nosotros subimos por una cuesta que nos encontramos a la derecha.

Disfrutamos de Portomarín, y de las esplicaciones de una voluntaria que nos comentó, como la Iglesia Fortaleza de San Nicolás, fue desmontada piedra a piedra, cuando se decidió trasladar Portomarín, ya que las aguas del Miños iban a inundarlo, para aprovechar la fuerza de las aguas para transformarla en energía eléctrica. Dejo algunas fotos.
  

Iglesia Románica de San Pedro (1182)

Iglesia fortaleza de San Nicolás.


El monumento nos indica la dirección del camino.
Tras tomarnos un buen vino de la Ribera Sacra, con un exquisito pulpo a la gallega, continuamos camino en la misma tónica que traíamos.

Gonzar, Castromaior, Vendas de Narón, Prebisa, Ligonde, Eirexe, Portos, Lestedo, Valos, Mamurria, Rosario y Palas de Rei.

En la puerta, los símbolos de Santiago y el Santísimo juntos.


Otra Iglesia dentro del cementerio.

Un crucero en Palas de Rei.

La Iglesia de Palas de Rei.

Las señales del suelo nos marcan el camino.

Monumento al peregrino.
En total, 54,76 kilómetros recorridos, en 3:39:77 horas en movimiento, con una media de 14,97 kilómetros hora y una velocidad máxima de 56,82 kilómetros hora.


sábado, 6 de octubre de 2012

O Cebreiro - Sarria.

La mañana en O Cebreiro amaneció con mucha niebla y algo de chirimiri, o como también suele decirse, calabobo.

Tuvimos que hacer un poco de tiempo para salir, y para aprovechar este tiempo muerto, nada mejor que tomar en la cafetería del hotel, un par de cafés, y hacer alguna que otra foto.

Aquí dejo algunas.

La etapa se planteaba como una de esas que los ciclistas llaman "rompepiernas", al existir continuas bajadas y subidas.
Nada más salir de O Cebreiro, nos encontramos con el Alto de San Roque, don "vive" esta impresionante escultura de un peregrino azotado por el viento.

Lástima que a niebla no nos dejase ver el paisaje, que debe ser expéctacular.

Liñares, Hospital da Condesa, el Alto do Poio, Fonfria, Filloval, As Pasantes, localidades de paso antes de llegar a Triacastela.

Antes de llegar a Triacastela, descendimos una empinada pendiente de unos siete kilómetros, donde llegamos a poner nuestras bicis a 57 kilómetros por hora.

En Triacastela visitamos la Iglesia de Santiago. La misma está ubicada en el interior del cementerio.

 Una imagen de Santiago Peregrino preside el Altar Mayor de la misma.

A la salida de Triacastela nos encontramos con un monumento al peregrino, inaugurado en el Año Santo de 1965, justo el año en el que nacimos los tres peregrinos que iniciamos nuestra peregrinación desde Villanueva del Ariscal.
Decidimos ir a Samos, para conocer las maravillas monumentales del monasterio. En este punto, mejor dejar paso a las imágenes.
















La etapa discurrió con tranquilidad hasta Sarria, donde degustamos un fabuloso pulpo a la gallega, regado con un buen vino.

Tras la comida, dimos un pasea por la localidad para llevarnos algún recuerdo en forma de fotografía.

Etapa con 50:22 kilómetros recorridos, en un tiempo de 2:32:23 horas en movimiento, con una media de 19:77 kilómetros hora.

Dejo las fotos de Sarria.